Al menos 74 personas fallecieron y otras 171 resultaron heridas tras un bombardeo aéreo ejecutado por Estados Unidos la noche del jueves 17 de abril contra el puerto petrolero de Ras Issa, en la costa del mar Rojo, Yemen. Así lo informaron este viernes medios vinculados al movimiento hutí, citando datos de la Oficina de Salud de Al Hudeida.
El Comando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (CENTCOM) confirmó el ataque, señalando que tuvo como objetivo destruir instalaciones utilizadas por los insurgentes hutíes para generar ingresos mediante la venta ilícita de combustible, los cuales —según Washington— habrían sido destinados a financiar operaciones terroristas en la región. Se trata del ataque más letal por parte de EE.UU. desde que iniciaron las ofensivas contra los hutíes el pasado 15 de marzo.
Ras Issa, junto a los puertos de Al Hudeida y Salif, representa una vía crucial para la entrada de cerca del 70 % de las importaciones y el 80 % de la ayuda humanitaria a Yemen, de acuerdo con datos de Naciones Unidas. No obstante, Estados Unidos y aliados acusan a los hutíes de utilizar estos puertos para actividades de contrabando de armas y petróleo.
Des incendies massifs se sont déclarés au port pétrolier de Ras Isa, dans la province yéménite de Hodeida, à la suite de frappes américaines massives. Le bilan des frappes américaines au Yémen s’élève à 33 morts et 80 blessés, rapporte Al Masirah. La lutte contre l’incendie… pic.twitter.com/n0M9CpTcux
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La televisión hutí Al Masirah difundió imágenes del lugar, mostrando cuerpos entre escombros y un incendio de gran magnitud en las instalaciones portuarias. Los rebeldes acusaron a Estados Unidos de cometer un “crimen de guerra” y calificaron el ataque como una “agresión injustificada” contra una infraestructura civil esencial.
Irán, aliado cercano de los hutíes, condenó los ataques y los calificó como “bárbaros” y una “flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas”. En contraste, el gobierno yemení reconocido internacionalmente responsabilizó a los hutíes por los hechos, afirmando que convirtieron el puerto en un centro de financiamiento para sus actividades armadas mediante el contrabando de armas y combustible provenientes de Irán.
En paralelo, autoridades estadounidenses acusaron a la empresa china Chang Guang Satellite Technology Co. Ltd. de proporcionar imágenes satelitales a los hutíes para atacar buques de guerra estadounidenses e internacionales en el mar Rojo. Según fuentes consultadas por el Financial Times, la firma tendría vínculos con el aparato militar chino y estaría colaborando indirectamente con las acciones insurgentes.
El ataque marca una nueva escalada en el conflicto regional, en momentos en que los hutíes han asumido un rol protagónico como la milicia proiraní más activa tras el debilitamiento de otros grupos como Hizbulá en Líbano y Hamás en Gaza.