Reportajes publicados por los medios estadounidenses, New York Times y el Washington Post, han revelado una preocupante tendencia en el uso de herramientas de redes sociales por parte de algunos padres para vender contenido de sus hijos influencers a adultos.
En un intento por generar ingresos, ciertos padres están utilizando la opción de suscripción disponible en plataformas como Instagram y Facebook para comercializar fotografías de menores de edad utilizando atuendos reveladores, como bikinis o leotardos.
Los niños influencers, menores de edad que utilizan estas plataformas para obtener auspicios de marcas o incursionar en la industria del modelaje infantil, están siendo expuestos a una explotación preocupante por parte de sus propios guardianes.
Aunque las fotos no son explícitas ni muestran a los menores desnudos, Meta, la empresa matriz de estas plataformas, ha encontrado evidencia de que algunos tutores venden las imágenes sabiendo que serán utilizadas para satisfacer sexualmente a adultos, incluso alentando a sus hijos a interactuar con mensajes de naturaleza sexual.
Además, el personal de Meta ha constatado que los perfiles y suscripciones suelen ser publicitados por los algoritmos de estas plataformas a individuos con tendencias pedófilas, lo que aumenta el riesgo para los menores.
Según las investigaciones realizadas, los fans y suscriptores de los niños influencers suelen ser hombres adultos, muchos de los cuales admiten sentirse atraídos por los niños. Un sondeo llevado a cabo por el New York Times reveló que, de 5 mil cuentas analizadas, se encontraron 32 millones de conexiones con perfiles manejados por hombres, quienes acosan y amenazan a las familias con el fin de obtener imágenes más explícitas.
Las fotos que atraen la atención masculina suelen ser aquellas en las que las niñas utilizan trajes de baño o leotardos en poses atléticas, y los posts más reveladores suelen recibir más interacciones.
Ante esta preocupante situación, una madre citada por el New York Times expresó: «No quiero explotar a mi hija en internet… pero sus números son tan grandes, ¿Qué hacemos? ¿Paramos y dejamos la cuenta atrás?»
Este alarmante panorama subraya la urgencia de abordar el uso responsable de las redes sociales, especialmente cuando involucra la exposición y seguridad de menores de edad.