La creciente problemática de malos olores generados por la industria de alimentos y la crianza masiva de animales ha captado la atención pública y legislativa en Chile. En la región del Maule, recientes denuncias de comunidades cercanas a centros productivos, como la Planta de Huevos Talca en San Francisco, en la comuna de San Clemente, y otra en la Villa Don Ambrosio en San Javier, por el posible mal uso de fertilizante orgánico, destacan los severos impactos de la contaminación odorífica sobre la calidad de vida de los residentes, incluyendo plagas de moscas y dificultades para convivir con los malos olores provenientes de abonos y actividades agrícolas.
Ante este escenario, el Diputado por la región del Maule, Hugo Rey Martínez, ha presentado un proyecto de ley que busca incorporar expresamente el olor como agente contaminante dentro de la regulación ambiental chilena. Esta iniciativa legislativa pretende sancionar la contaminación odorífica y establecer un marco para la gestión y control adecuado de los olores generados por actividades potencialmente emisoras, identificadas por el Ministerio del Medio Ambiente.
Durante su intervención, el Diputado Rey enfatizó que “la contaminación por olores ha sido una preocupación prolongada para muchas comunidades, afectando la dignidad y el bienestar de sus habitantes. Citó el uso inadecuado de fertilizantes orgánicos, como el guano, y la falta de cumplimiento de protocolos establecidos como principales contribuyentes al problema.
El proyecto de ley, que se ha refundido con otra iniciativa similar, busca garantizar un entorno sano y limpio para las poblaciones afectadas, promoviendo una vida digna lejos de los perjuicios de la contaminación odorífica.
El Ministerio del Medio Ambiente de Chile ha identificado al menos 12 actividades susceptibles de generar olores molestos, incluyendo la crianza de animales, curtiembres, fabricación de alimentos y productos lácteos para animales, plantas faenadoras, fabricación de celulosa, entre otras. Este listado subraya la necesidad de abordar una variedad de fuentes potenciales para mitigar efectivamente la contaminación odorífica en el país.
Este proyecto de ley marca un paso importante hacia la responsabilidad ambiental y el respeto por la calidad de vida de las comunidades chilenas, poniendo en relieve la urgencia de adoptar medidas reguladoras y correctivas en la gestión de olores generados por actividades industriales y agrícolas.