En un ambiente tenso y cargado de incertidumbre, Israel ha anunciado su estado de alerta máxima en respuesta a potenciales represalias de Irán, tras un ataque atribuido a sus fuerzas armadas contra el consulado iraní en Damasco. El incidente, que provocó la muerte de trece personas, incluidos siete guardias revolucionarios iraníes, ha exacerbado las tensiones regionales, especialmente en el contexto de la actual guerra en la Franja de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ofreció una declaración firme y desafiante, subrayando la resolución de Israel de defenderse y responder con fuerza a cualquier agresión. «Sabremos cómo defendernos y actuaremos en consecuencia al simple principio de quien nos haga daño, le haremos daño», declaró Netanyahu antes de una crucial reunión con su gabinete de guerra para discutir la escalada de la amenaza iraní.
Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí, reveló que las fuerzas de seguridad del país se encuentran en un nivel de vigilancia sin precedentes, con despliegues en todas las fronteras y unidades aéreas preparadas para enfrentar una amplia gama de escenarios posibles. «En los últimos seis meses hemos estado en una guerra en múltiples frentes. Estamos en alerta máxima en todos los ámbitos, observando y frustrando las amenazas constantemente», explicó Hagari.
En una medida de la gravedad de la situación, el Ejército de Israel ha suspendido todos los permisos de vacaciones y aumentado el número de reservistas activos, especialmente en las fuerzas aéreas, ante la posibilidad de ataques con misiles o drones de Irán o sus milicias aliadas en la región, incluido Hezbollah en Líbano.
El jefe de la Inteligencia Militar, Aharon Haliva, advirtió sobre la complejidad de los días venideros, aunque el Ejército israelí intentó tranquilizar a la población civil asegurando que, por el momento, no es necesario tomar medidas extremas como la acumulación de provisiones o la retirada de efectivo.
Como precaución adicional, Israel ha comenzado a alterar deliberadamente las señales de GPS en el centro del país, una táctica destinada a protegerse contra ataques dirigidos. Este cambio ha provocado interferencias en aplicaciones de geolocalización, afectando potencialmente otros servicios dependientes de esta tecnología.
Los posibles escenarios de confrontación incluyen ataques con misiles y drones por parte de grupos respaldados por Irán desde el Líbano, Siria, Irak y Yemen, así como ataques con misiles balísticos directamente desde Irán. Las recientes amenazas de altos funcionarios iraníes, incluidos el presidente Ibrahim Raisi y el líder supremo Ali Jamenei, han subrayado la seriedad de las advertencias contra Israel, prometiendo represalias por el bombardeo en Damasco.
Este aumento en las tensiones llega en un momento crítico, especialmente en la frontera norte de Israel, donde el intercambio de fuego con Hezbollah se ha intensificado, marcando el periodo de mayor confrontación desde el conflicto de 2006. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que Israel está «aumentando su preparación» ante las amenazas emergentes de todo el Medio Oriente y ampliando sus operaciones ofensivas.