Madonna marcó el cierre de su gira mundial «The Celebration Tour» con un concierto gratuito en la icónica playa de Copacabana, congregando a cerca de 2 millones de personas. Este evento no solo celebró los 40 años de trayectoria de la Reina del Pop, sino que también transformó las calles aledañas en una masiva fiesta.
Vistiendo un elegante atuendo negro, Madonna inauguró el espectáculo con «Nothing Really Matters», una canción que resonó poderosamente entre la multitud en tierra y mar. La artista de 65 años desfiló por una pasarela suspendida desde el Copacabana Palace hasta un impresionante escenario de 800 metros cuadrados, el doble de grande que los utilizados en sus presentaciones anteriores.
Con su característico estilo, Madonna comenzó su actuación con una hora de retraso, una espera que no disminuyó el entusiasmo de los fans. La noche se iluminó con la aparición de la drag queen Monét X Change, quien abrió el espectáculo vestida con un traje icónico de la canción «Vogue».
Madonna continuó con éxitos como «Burning Up» y «Open Your Heart», interactuando íntimamente con sus bailarines en escena. Momentos emotivos siguieron con «Live to Tell», donde rindió homenaje a artistas fallecidos a causa del VIH, y «Erotica», que elevó la temperatura con su carga de sensualidad y erotismo.
El concierto también contó con una actuación especial en piano de «Bad Girl» por Mercy James, la hija adoptiva de Madonna, y una explosiva interpretación de «Vogue» con la ayuda de Anitta y Pabllo Vittar, quienes participaron como jurado en una exhibición de voguing.
Madonna expresó su gratitud hacia sus fans y su amor por Brasil, culminando con éxitos como «Die Another Day» y «La Isla Bonita». El espectáculo cerró con un homenaje a Michael Jackson, donde ambos «bailaron» juntos a través de un juego de sombras y luces.
Además de la música, el evento estuvo bien equipado con 150 mil baños portátiles, 50 hospitales ambulantes, y comisarías móviles, asegurando que todos los asistentes disfrutaran de una experiencia segura y cómoda. Pese a algunas quejas sobre el volumen del sonido, el concierto fue un éxito rotundo en redes sociales, donde se destacaron los mensajes de Madonna a favor de la comunidad LGBT+, los derechos de las mujeres y la libertad sexual.
Este apoteósico concierto no solo consolidó el legado musical de Madonna, sino que también dejó una huella imborrable en los corazones de millones de fans y en la historia de los espectáculos en vivo.