Expertos en desarrollo infantil vinculan la relación de los niños con las pantallas digitales con desafíos significativos en su crecimiento emocional, cognitivo y social. La Universidad de O’Higgins y varios especialistas en terapia ocupacional han expresado su preocupación sobre cómo esta interacción continua con dispositivos digitales está afectando a la próxima generación.
Durante un seminario reciente sobre el desarrollo infantil, la Dra. Valentina Núñez de la Universidad de O’Higgins destacó que los niños están expuestos a una sobrecarga de estímulos visuales y auditivos que podría estar influyendo negativamente en su desarrollo emocional y cognitivo. «Los niños deberían jugar 15,000 horas hasta los 7 años para desarrollar adecuadamente habilidades cognitivas, motoras y sociales. Sin embargo, muchas de estas horas ahora se pasan frente a pantallas, lo que disminuye significativamente la calidad de su juego y aprendizaje», señaló Núñez.
El tiempo excesivo frente a las pantallas ha sido vinculado a un aumento en el sedentarismo, una mayor ingesta de alimentos poco saludables, aislamiento social y una disminución en la calidad del sueño, lo que puede tener efectos a largo plazo en la salud mental y física de los niños. La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el uso de pantallas a no más de una hora diaria para niños menores de tres años para mitigar estos efectos.
«La exposición prolongada a las pantallas interfiere directamente en el desarrollo del vocabulario y la empatía, habilidades que se cultivan mejor en interacciones cara a cara», explicó Samantha Rolack, terapeuta ocupacional y docente adjunta en la misma universidad. «Además, reduce las interacciones cruciales entre niños y padres, debilitando los vínculos afectivos y la regulación emocional necesaria para un desarrollo saludable».
Para combatir estos desafíos, los expertos recomiendan establecer rutinas claras de uso de la tecnología en casa, incluyendo limitar el uso de dispositivos durante las comidas y antes de dormir, y fomentar actividades al aire libre y juegos de mesa que promuevan interacciones sociales y físicas.
Scarlett Hidalgo entrega estrategias que permitan tener un control de uso de la tecnología en la vida cotidiana:
- Establecer tiempos específicos para su uso, reglas familiares que establezcan el no uso de celulares en comidas o dinámicas de interacción entre los miembros.
Fomentar la atención en las conversaciones con nuestros hijos, generando un feedback de lo mencionado para visualizar que está siendo escuchado. - Como padres somos el modelo de nuestros hijos y también los hermanos mayores, donde debemos establecer tiempos sin usar celular cuando estamos con nuestros hijos y así ser un ejemplo para ellos incentivando actividades sin pantallas, con actividades al aire libre, juegos de mesa, lectura en conjunto o significativas para todos los integrantes del núcleo familiar.
