Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2050, casi se duplicará el porcentaje de personas mayores de 60 años a nivel mundial, pasando del 12% al 22%. En este contexto, Chile se enfrenta a importantes desafíos, entre ellos, los que aborda el Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) de las universidades públicas, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de esta población creciente.
Una de las principales problemáticas que enfrentan las personas mayores es la fragilidad, un síndrome caracterizado por una disminución de las reservas fisiológicas y de la función en múltiples órganos y sistemas, aumentando el riesgo de caídas, discapacidad y mortalidad. “En el Maule, el 20% de las personas mayores de 65 años presenta un nivel de fragilidad. Sin embargo, este síndrome es reversible, dependiendo del grado, a través de una alimentación saludable y actividad física regular”, explicó Iván Palomo, director del CIES y académico de la Universidad de Talca.
Durante la Jornada de Investigación Interdisciplinaria Prevención y Promoción de la Salud para el Envejecimiento Saludable, organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca, Palomo destacó la importancia de adoptar hábitos saludables desde etapas tempranas para prevenir la fragilidad y la sarcopenia, una afección asociada a la pérdida de masa muscular, fuerza y funcionamiento de los músculos.
“Desde los 40 años, se empieza a perder masa muscular, pero esta pérdida puede minimizarse mediante la actividad física regular. Es esencial que, desde jóvenes, las personas se enfoquen en un envejecimiento saludable”, afirmó Palomo. Entre las recomendaciones, se sugiere una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y carnes magras, así como una hidratación adecuada y ejercicios de fuerza.
Palomo también subrayó que el envejecimiento activo es clave: “Las personas mayores no deben limitarse a actividades sedentarias como ver televisión todo el día. Es vital mantenerse activo, realizar caminatas y ejercicios de fuerza utilizando elementos cotidianos del hogar para combatir la sarcopenia”.
El académico concluyó que prevenir condiciones como la fragilidad y la sarcopenia es menos complejo que tratarlas una vez establecidas, destacando la importancia de la actividad física, una nutrición adecuada, la abstención del tabaco y el consumo moderado de alcohol.
