El Gobierno chino ha informado que llevará a cabo este martes ejercicios militares con fuego real en las cercanías de la isla Niushan, ubicada al este de Pingtan, en la provincia de Fujian. Niushan se encuentra a tan solo 165 kilómetros de Taipéi y es el punto más cercano entre el continente chino y la isla principal de Taiwán, lo que ha generado preocupación por el impacto de estas maniobras en la estabilidad regional.
La Administración de Seguridad Marítima (MSA) de China emitió un aviso de prohibición de entrada a la zona designada para los ejercicios, los cuales se desarrollarán entre las 9:00 y las 13:00 horas locales (01:00 y 05:00 GMT). Durante este período, la zona ha sido declarada área restringida hasta la finalización de las maniobras.
Este anuncio se produce en un contexto de creciente tensión en el estrecho de Taiwán, luego del reciente tránsito del destructor estadounidense USS Higgins y la fragata canadiense HMCS Vancouver por la zona. El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China calificó el paso de los navíos como un acto que «altera la paz y estabilidad regional», en contraste con la postura de Estados Unidos, que sostiene que estas operaciones están amparadas por el derecho internacional a la libertad de navegación.
En respuesta, el Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán ha declarado que las maniobras forman parte del «entrenamiento rutinario anual» del EPL, aunque no descartó que China esté buscando aumentar su capacidad de «disuasión» en relación con las tensiones en el estrecho de Taiwán. El primer ministro taiwanés, Cho Jung-tai, denunció que las frecuentes maniobras militares chinas cerca de su territorio constituyen una amenaza para la paz regional.
Este ejercicio se produce solo ocho días después de que China realizara unas maniobras militares a gran escala en torno a Taiwán, empleando un número récord de 153 aeronaves y realizando un bloqueo simbólico alrededor de la isla. La escalada de actividades militares en el Estrecho ha sido vista como una respuesta a la toma de posesión del presidente taiwanés, William Lai, a quien Beijing considera un «independentista».
La situación es seguida de cerca por la comunidad internacional, mientras los gobiernos de la región observan los movimientos de China en relación con la situación en Taiwán.