La industria chilena de exportación de cerezas se prepara para una temporada récord en 2024-2025, anticipando un crecimiento explosivo en empleo y ventas, principalmente hacia el mercado asiático. para este año, se espera que el sector genere casi 500,000 empleos y mueva una cantidad sin precedentes de 131.587.007 cajas de cerezas frescas, cada una de 5 kilos, equivalente a 657.935 toneladas. Este aumento de 59% respecto al año anterior posiciona a la cereza como el principal producto de exportación agrícola de Chile, según datos proporcionados por Frutas de Chile.
El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, subrayó el «milagro» que representa la cereza para la economía chilena, especialmente por coincidir con el Año Nuevo Chino. «La cereza es hoy la embajadora de Chile en Asia, celebrando la prosperidad, el afecto y la confianza entre los consumidores, particularmente en China«, afirmó Walker.
Las exportaciones de esta temporada se estima que ingresen entre US$3,500 y US$4,000 millones, con China como el principal destino, absorbiendo más del 90% del volumen total exportado. Estados Unidos sigue siendo el segundo mayor receptor, aunque con una participación mucho menor.
El ingeniero agrónomo y Máster en Economía Agraria, Juan Pablo Subercaseaux, analizó la rentabilidad del negocio, destacando los altos costos iniciales y anuales que enfrentan los productores, especialmente en zonas que requieren infraestructura adicional como techos para proteger las plantaciones de la lluvia y las heladas. «El negocio de la cereza es rentable, pero presenta desafíos económicos considerables, especialmente durante los primeros cuatro a cinco años», explicó Subercaseaux a EMOL,. Una vez en producción, los huertos enfrentan gastos anuales significativos, pero la variabilidad en los ingresos, según la época de cosecha, puede complicar la rentabilidad del cultivo.
Claudia Soler, directora ejecutiva del Comité de Cerezas de Frutas de Chile, resaltó la expansión del área plantada de cerezos, que ha crecido exponencialmente en las últimas dos décadas. «Chile registraba 16,242 hectáreas plantadas de cerezos en 2013, y en 2023 este número ya había aumentado a 63,494 hectáreas», comentó Soler, evidenciando la respuesta del sector a la alta demanda, especialmente del mercado chino.
El vínculo de la cereza chilena con el Año Nuevo Chino ha sido decisivo en su éxito, marcando una temporada de alto consumo donde los precios de la cereza alcanzan su máximo. Este evento anual es un momento clave para la industria, donde la demanda por la alta calidad y el simbolismo cultural de las cerezas chilenas se magnifica, mejorando significativamente la economía de las comunidades rurales en Chile.