Tras el reciente terremoto de magnitud 7.1 que sacudió el sur de Japón el pasado jueves 8 de agosto, la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) ha emitido una alerta sobre la posibilidad de un «megaterremoto» en el país. Aunque esta alerta no garantiza que un terremoto de gran magnitud ocurrirá con certeza, ha elevado la preocupación entre las autoridades y la población.
El sistema de sensores submarinos desplegado a lo largo de las costas japonesas ha permitido a los expertos monitorear más de cerca el movimiento de las placas tectónicas. Cristian Farías, geofísico de la Universidad Católica de Temuco, dijo a meganoticias, que los recientes movimientos pueden ser un indicativo del inicio de una secuencia que podría desencadenar un gran terremoto, aunque enfatiza que esto es solo uno de los posibles escenarios.
Cabe señalar que grandes terremotos en el pasado, como el de Japón en 2011 y el de Valdivia en 1960, fueron precedidos por sismos de magnitudes considerables.
Ante el aumento de la probabilidad de un nuevo sismo significativo, las autoridades japonesas han instado a la población a no caer en pánico ni realizar compras compulsivas de bienes de consumo. En Tokio, algunos supermercados ya enfrentan escasez de productos básicos, lo que ha llevado a la implementación de racionamientos temporales.
SEMAPRED
A nivel nacional, la directora del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) de Chile, Alicia Cebrián, hizo un llamado a la calma y aseguró que están monitoreando la situación. Cebrián explicó que, en caso de un gran sismo en Japón, las costas chilenas contarían con al menos 20 horas de anticipación para prepararse ante un posible tsunami.
La situación sigue siendo de alerta, y las autoridades japonesas, así como organismos internacionales, continúan vigilando de cerca los desarrollos.