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Fenómeno óptico de los siete soles en China revive una antigua leyenda chilena

El pasado lunes, los residentes de Chengdu, en la provincia de Sichuan, China, fueron testigos de un espectacular fenómeno óptico que parecía sacado de una película de ciencia ficción: la aparición de siete soles en el cielo. Este raro evento no tardó en hacerse viral en las redes sociales, donde las imágenes y videos capturados se difundieron ampliamente, despertando asombro y curiosidad a nivel global.

Explicación Científica del Fenómeno

El fenómeno, conocido como parhelio, se debe a la refracción de la luz solar por cristales de hielo presentes en las nubes cirrus. Estos cristales, de forma hexagonal, actúan como prismas que descomponen la luz solar y crean imágenes múltiples del sol. A medida que los «soles» se alejan del centro, aparecen cada vez más difuminados, lo que es característico de este tipo de eventos ópticos.

El Parhelio: Un Fenómeno de Refracción

La refracción es un proceso natural que ocurre cuando la luz blanca, que normalmente viaja en línea recta, atraviesa otro medio como gotas de agua o cristales de hielo, alterando su dirección y composición. En el caso del parhelio, la interacción con los cristales hexagonales en las nubes permite que este fenómeno poco común tenga lugar, siendo más frecuente en regiones frías pero también posible en otras condiciones atmosféricas específicas.

 

Conexión Cultural en Chile: Los Siete Soles de Malloa

En una resonancia cultural que trasciende continentes, el fenómeno de los siete soles también encuentra eco en la historia y la mitología de Chile, específicamente en Malloa. Según se consigna en chilecultura, para la tradición local la aparición de los siete soles puede ser interpretada tanto como una recompensa como un castigo a las acciones de los habitantes, un legado del Inca Huáscar quien, según cuentan, encontró refugio en esta región durante su destierro en 1528. Durante su estancia, Huáscar y su gente, que veneraban al dios Sol (Inti) y creían descender de él, habrían dejado como testimonio de su devoción una serie de soles pintados sobre la superficie de una gran piedra en el cerro que hoy lleva el nombre de ‘Cerro del Sol Pintado de Malloa’.

Este sitio, situado en el sector sureste del cerro que domina al pueblo y al que se accede desde la plaza principal, alberga seis pictografías de soles en una pared casi vertical de veinte metros de altura. Las pictografías, ubicadas a cinco metros del suelo y extendiéndose por quince metros, muestran soles, los más destacados de los cuales, a la izquierda, presentan un rostro circular de 26 centímetros de diámetro pintados de blanco. Este arte rupestre no solo decora el paisaje, sino que perpetúa una conexión profunda con las creencias ancestrales que vinculan la observación celestial con el destino humano.

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