Después de enfrentar una devastadora Megasequía desde 2009 hasta 2022, considerada la peor en medio siglo, Chile está presenciando un fenómeno esperanzador. Las lluvias récord de los últimos meses están comenzando a revertir los daños en regiones que han sufrido de sequía extrema.
En junio de 2024, la Región Metropolitana experimentó el mes más lluvioso en 22 años, según datos de la Dirección Meteorológica de Chile. Estas precipitaciones han generado un superávit hídrico de más del 100% en varias ciudades, continuando una tendencia de incremento en las lluvias observada desde la segunda mitad de 2023.
A pesar de los desafíos que han traído estos temporales, incluyendo miles de damnificados y la declaración de «zona de catástrofe» en ciertas áreas por parte del gobierno de Gabriel Boric, el impacto positivo en la disponibilidad de agua es indiscutible.
Casos destacados de recuperación:
Laguna de Aculeo: Este cuerpo de agua, situado a 70 kilómetros al sur de Santiago y antes un vibrante centro turístico, había desaparecido casi completamente hasta mediados de 2023. Las recientes lluvias han permitido que la laguna comience a recuperar agua, trayendo de vuelta la vida silvestre y dando un nuevo aliento a los negocios locales y agricultores. Imágenes satelitales de la NASA han documentado una notable recuperación en su tamaño y profundidad.
Río Petorca: En la región de Valparaíso, el río Petorca ha vuelto a fluir después de seis años de sequía. Este renacimiento ha sido celebrado por la comunidad local como «la fiesta del agua,» un testimonio del impacto positivo de las precipitaciones en la agricultura y la vida cotidiana de los residentes.
Lago Peñuelas y otros embalses: El Lago Peñuelas, un embalse artificial creado en 1900 para suministrar agua a Valparaíso, también ha mostrado signos de recuperación. Con las lluvias de este año, el embalse ha alcanzado el 25.2% de su capacidad, revitalizando el ecosistema local y reintroduciendo especies como los cisnes de cuello negro.
Sin embargo, los expertos advierten que estos beneficios podrían ser temporales si no continúan las precipitaciones. El climatólogo Raúl Cordero, entrevistado por BBC Mundo, señala que «un par de años lluviosos no resuelven los problemas causados por 14 años de sequía,» y subraya la necesidad de adaptarse a largo plazo a los patrones cambiantes del clima.
