En una escalada de tensiones en Medio Oriente, Irán disparó este martes una serie de misiles balísticos hacia Israel, en lo que ha sido calificado como una represalia por la ofensiva israelí contra Hezbollah, el grupo militante chiita apoyado por Teherán y con fuerte presencia en Líbano. El ataque provocó la activación de las alarmas en todo Israel, causando pánico entre la población, que se refugió en búnkeres y refugios antiaéreos.
Según informó la radio del ejército israelí, cerca de 200 misiles fueron lanzados desde Irán hacia diversas regiones del país, incluidas áreas en Jerusalén y el valle del río Jordán, donde se escucharon fuertes explosiones. A pesar de la magnitud del ataque, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, indicó que hasta el momento no se reportan heridos ni víctimas fatales como consecuencia de los proyectiles.
“Se trata de un ataque grave que no quedará sin respuesta y tendrá consecuencias”, declaró Hagari, dejando entrever posibles acciones de represalia por parte del gobierno israelí. El ejército dio luz verde para que los ciudadanos pudieran abandonar sus refugios, luego de confirmar que el peligro inmediato había pasado.
Por su parte, la Guardia Revolucionaria de Irán se atribuyó el lanzamiento de “decenas de misiles” y advirtió que si Israel respondía a la agresión, Teherán desencadenaría una “respuesta aún más aplastante y ruinosa”. Según un alto funcionario iraní citado por la agencia de noticias Reuters, la orden de ataque fue emitida directamente por el líder supremo del país, el ayatolá Ali Khamenei, quien se encuentra en un lugar seguro.
Conflicto de larga data
Las hostilidades entre Israel e Irán no son nuevas y se enmarcan en una rivalidad que ha aumentado en intensidad desde la Revolución Islámica de 1979 en Irán, la cual derrocó al Sha prooccidental e instauró un régimen teocrático que adoptó la oposición a Israel como parte central de su ideología. Según consigna BBC, desde entonces, Teherán no reconoce el derecho de Israel a existir y aboga abiertamente por su destrucción.
El líder supremo, Ali Khamenei, ha calificado reiteradamente a Israel como un «tumor canceroso» que “sin duda será desarraigado y destruido”. Esta retórica ha sido respaldada con acciones en el terreno, ya que Irán ha dedicado considerables recursos a apoyar a grupos militantes que luchan contra Israel, incluyendo a Hezbollah en Líbano y a diversas facciones palestinas como Hamas.
Por su parte, Israel considera a Irán como una amenaza existencial y ha llevado a cabo una serie de operaciones militares y de inteligencia para frenar las capacidades nucleares y militares de Teherán. La creciente acumulación de fuerzas iraníes y el financiamiento de grupos armados en toda la región han intensificado la percepción de riesgo para la seguridad israelí.