En un fenómeno que está capturando la atención de la nación, más del 1% de la población chilena ha participado en un programa pionero ofrecido por Worldcoin, una organización de criptomonedas con sede en Estados Unidos. La iniciativa promete 10 tokens, valorados en más de $90,000 pesos chilenos, a cambio de registrar la información biométrica del iris de los participantes. Este enfoque innovador ha sido recibido con entusiasmo en ciudades como Curicó, Rancagua, Concepción, Valparaíso, La Serena y Santiago, sumando a más de 200,000 individuos al programa.
Worldcoin busca establecer una red financiera global, aprovechando las criptomonedas y ofreciendo una forma de identidad segura y no duplicable. La organización argumenta que su objetivo es crear el pasaporte de «humanidad» más extenso y privado del mundo, facilitando el acceso a la economía global en la era de la inteligencia artificial.
En solo 10 meses desde su lanzamiento, Worldcoin ha inscrito a más de 4 millones de personas a nivel mundial. La popularidad de la iniciativa se debe en gran parte al creciente valor de su criptomoneda, lo que ha incentivado a muchos a unirse a esta comunidad en expansión.
Sin embargo, el modelo de Worldcoin no ha estado exento de controversia. En España, las autoridades suspendieron la captación de datos biométricos del iris, citando preocupaciones de privacidad. En Chile, a pesar de que un recurso de protección fue inicialmente rechazado por la justicia, recientemente se ha admitido otra acción legal contra la operación de la compañía.
Worldcoin defiende su práctica, asegurando que comparten abiertamente la información sobre su tecnología, que las imágenes del iris se eliminan después de su uso y que sus procesos cumplen con los estándares de protección de datos más estrictos. La situación en Chile sigue siendo un tema de debate público, ya que la comunidad evalúa el equilibrio entre la innovación tecnológica y la privacidad de los datos personales.