El martes, la NASA informó durante una conferencia de prensa que el telescopio espacial Hubble, que había entrado en «modo seguro» tras detectarse algunas anomalías hace semanas. Sin embargo, esto no implica el fin de sus operaciones. Los expertos estiman que el Hubble podría continuar funcionando aproximadamente 20 años más, salvo que ocurra algún incidente extraordinario que afecte su funcionamiento.
Ante este escenario, la NASA ha implementado un nuevo plan operativo. A pesar de la falla en uno de sus giroscopios, que ha provocado interrupciones en sus observaciones desde el 24 de mayo, el telescopio ahora operará con un solo giroscopio activo, reservando el otro para necesidades futuras.
El Hubble, lanzado en 1990 y conocido por ser el telescopio espacial más trascendental en la historia de la observación astronómica antes del James Webb, ha superado con creces su vida útil prevista de 15 años. Fue diseñado para capturar imágenes del cosmos con una nitidez sin precedentes, marcando un hito en la astronomía.
«El Hubble utiliza tres giroscopios para maximizar la eficiencia, pero puede continuar realizando observaciones científicas con un solo giroscopio», explicó la NASA. Este ajuste, previsto desde hace años para el caso de fallo de los giroscopios, permitirá al telescopio mantenerse en funcionamiento, aunque con ciertas limitaciones. El observatorio requerirá más tiempo para orientarse hacia objetivos científicos y verá reducida su flexibilidad para observar determinadas zonas del espacio. Además, no podrá seguir objetos en movimiento que estén más cerca que Marte.
La transición a un solo giroscopio está en curso, y se espera que el Hubble pueda retomar sus observaciones a mediados de junio. Por ahora, la NASA no contempla realizar otra misión espacial tripulada para reparar el telescopio.