La Universidad de O’Higgins (UOH) se pronunció oficialmente respecto a las dos falsas alarmas de bomba que han afectado a la casa de estudios durante las últimas semanas. A través de un comunicado publicado la mañana del 14 de abril en las redes sociales de la institución, la rectora Fernanda Kri se dirigió a la comunidad universitaria para expresar su preocupación por la gravedad de los hechos y detallar las medidas adoptadas.
El primer incidente ocurrió el 2 de abril, cuando un mensaje escrito en un pizarrón alertó sobre la supuesta presencia de un artefacto explosivo en el cuarto piso del edificio. La situación obligó a evacuar a los estudiantes y activar los protocolos de emergencia, concluyendo finalmente que se trataba de una falsa alarma.
Nueve días más tarde, el 11 de abril, se registró un segundo aviso, nuevamente señalando la existencia de un explosivo en el mismo sector del recinto universitario. Tal como en el primer caso, se procedió con la evacuación correspondiente y los peritajes descartaron cualquier riesgo real.
Ante la reiteración de estos hechos, la rectora Kri hizo un llamado a la reflexión a estudiantes, docentes, funcionarios y a toda la comunidad educativa, advirtiendo sobre las consecuencias de este tipo de acciones. “Estas falsas alarmas no solo producen una gravísima disrupción en el trabajo normal de la universidad, sino que además generan ansiedad, crean una sensación de inseguridad y tienen efectos en el bienestar de las personas. Además, dañan profundamente la imagen y el posicionamiento de la Universidad de O’Higgins”, señaló en el comunicado.
La máxima autoridad universitaria también destacó que estas acciones constituyen un delito tipificado como alarma pública. En ese sentido, informó que Carabineros de Chile solicitó una investigación penal a la Fiscalía, causa a la que la universidad se sumará como denunciante.
En el marco de esta investigación, la UOH ya entregó a la Fiscalía los antecedentes disponibles, incluyendo registros de cámaras de seguridad y otros elementos materiales que podrían ser clave para identificar a los responsables.
Además, se inició una investigación sumaria interna para determinar eventuales responsabilidades al interior de la comunidad universitaria, procedimiento que podría derivar en sanciones que incluyen la expulsión. En paralelo, dos estudiantes están actualmente sometidos a un proceso sumario.
Finalmente, la rectora reafirmó el compromiso institucional con la seguridad y el bienestar de la comunidad educativa. “Como rectora y a nombre de todo el equipo directivo de nuestra casa de estudios, reafirmo que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para evitar que estos hechos gravísimos, aunque sean aislados, pongan en riesgo lo construido durante años gracias al esfuerzo y compromiso de nuestra comunidad”, concluyó.