Desde ayer sábado, el Skate Park de Curicó fue renombrado oficialmente como “Rusk Park” en una ceremonia sencilla pero profundamente emotiva. El evento marcó un hito en la memoria de Carlos Vásquez Araya, conocido en la comunidad como «el rucio», un destacado skater de la región, fallecido, que dejó una huella imborrable en el corazón de quienes lo conocieron. A solicitud de compañeros de deporte, y luego de reunir un impresionante número de 1500 firmas, se logró que el concejo municipal presidido en ese entonces por el alcalde Javier Muñoz, aprobara la solicitud que el recinto llevara el nombre de “Rusk Park” en homenaje al deportista.
La ceremonia de descubrimiento de la placa recordatoria fue un momento solemne que reunió a amigos, familiares y miembros de la comunidad. Fabián Torres, gerente de la Corporación de Deportes, tomó la palabra para recordar la importancia de honrar a quienes contribuyen al desarrollo del deporte y la cultura en la región. Su discurso resonó con la energía de aquellos que han disfrutado y creado recuerdos en este espacio, destacando el impacto que Carlos tuvo en la vida de muchos jóvenes skaters.
En representación del alcalde electo George Bordachar, estuvo Matías Avendaño, quien también compartió palabras de gratitud hacia la comunidad por su participación y apoyo en la iniciativa. Ambos oradores instaron a los presentes a cuidar y proteger el parque, subrayando que este espacio es un patrimonio colectivo que pertenece a todos. La colaboración de la comunidad fue fundamental para llevar a cabo esta hermosa iniciativa, reflejando la unidad y el amor hacia el deporte.
El renombramiento del parque no solo rinde homenaje a Carlos Bastías Araya, sino que también inspira a futuras generaciones a seguir sus pasos en el mundo del skate. La comunidad de Curicó ha demostrado que la memoria y el legado de personas como Carlos pueden continuar vivos a través de espacios que fomentan la creatividad y la pasión por el deporte. “El Rusk Park “se convertirá en un símbolo de unidad y un recordatorio constante de la importancia de cuidar lo que es propio.