La nariz de Suki, una perra de la raza alemana Deutsch Drahthaar, posee una habilidad única: puede detectar fugas de agua. Gracias a esta extraordinaria capacidad, Suki trabaja en el lugar perfecto, Aguas Andinas. Desde 2023, la compañía ha implementado esta innovadora modalidad, inspirada en la experiencia de Veolia, el controlador de Aguas Andinas, en otras partes del mundo. La idea fue desarrollar un plan para que un especialista local entrenara a un perro capaz de detectar los olores de estas fugas.
Así fue como encontraron a Suki, una de los 25 perros en todo el mundo que pueden realizar esta labor y la primera en Chile. Con cinco años de edad y ocho meses de servicio en la compañía, Suki ha demostrado ser una pieza clave en la detección de fugas.
Sebastián Magnere, gerente de Hidro K9 y adiestrador de perros detectores de fugas de agua potable, es el encargado de entrenar a Suki. «Los perros están adiestrados en un método que se llama cognitivo emocional, donde trabajamos con las emociones de los perros, tanto sus emociones como sus capacidades de aprender», explica Magnere.
Este método destaca la importancia del vínculo entre el perro y el adiestrador. Por esta razón, Magnere señala: «Ellos viven conmigo. Están conmigo 24/7. Esto para mantener alta la conexión con el adiestrador o guía».
Suki se entrenó durante seis meses para seguir la huella de olor de cloro y flúor, componentes presentes en el agua potable en concentraciones que no les hacen daño. «El trabajo de detección del olor se hace a través del juego. Cada vez que detectan estas trazas de olor, dan una marcación y nosotros premiamos en base a lo que ellos entregan», comenta el adiestrador.
A diferencia de los perros policiales, la técnica cognitiva emocional utilizada con Suki se centra en resaltar el juego y la intensidad olfativa del perro. El desempeño de Suki ha sido sobresaliente, recorriendo hasta 3 kilómetros al día y detectando fugas subterráneas de hasta 1,20 metros de profundidad.
Franco Nicoletti, gerente de Distribución y Recolección de Aguas Andinas, destaca: «Usamos distintas tecnologías para detectar fugas, como sensores acústicos y gas trazador helio. Sumamos a Suki tras un riguroso entrenamiento, y ha recorrido 550 kilómetros, detectando 1.050 fugas con una tasa de respuesta positiva del 96%, permitiendo recuperar agua equivalente al consumo anual de más de 18.000 personas».
Desde diciembre de 2023, Suki no trabaja sola. Se está entrenando a una nueva perra de la misma raza, llamada Jota, que ya ha recorrido 80 kilómetros desde mayo.
Al final de la jornada, Suki y Jota vuelven a casa, donde llevan una vida familiar junto a Magnere. «Vivimos en Colina. Cuando llegan a casa, se van al patio, se tiran a la piscina en verano o toman sol en invierno. Por la noche, duermen adentro, a menudo en la cama con mi hijo. Son miembros más de la familia, felices y contentos, porque el bienestar animal es fundamental para nosotros», concluye Magnere.